Vuelos agotados, aeropuertos colapsados y largas filas en la frontera. Esta fue la respuesta al anuncio de Vladímir Putin de movilizar reservistas.
La “movilización parcial” de ciudadanos de Vladimir Putin para su guerra en Ucrania ya ha puesto en marcha cambios radicales para muchos rusos, a medida que los reclutas se despiden emocionalmente de sus familias, mientras que otros intentan huir, luchando por cruzar la frontera terrestre o comprar boletos para salir por aire.
PÁNICO EN LA POBLACIÓN
El decreto de Putin estipula que el Ministerio de Defensa determinará la cantidad de gente a reclutar. El jefe de la cartera, Sergei Shoigu, anunció en una entrevista televisada que en una fase inicial serán llamados 300.000 reservistas con experiencia en combate o servicio militar.
Ahora, para muchos de los que se van, la razón es la misma: evitar ser reclutados para el ataque brutal y vacilante de Putin contra la vecina Ucrania. Pero las circunstancias que rodean sus decisiones, y las dificultades de salir de casa, son profundamente personales para cada uno.
Rusia registró un notable éxodo de ciudadanos desde que Putin lanzó su invasión de Ucrania hace casi siete meses. En su discurso del miércoles en el que anunció la movilización, Putin emitió además una velada amenaza de guerra nuclear a sus enemigos de Occidente.
Las expresiones de pánico proliferaron pronto en las redes sociales. Grupos antibélicos dijeron que la escasez de pasajes aéreos para salir de Rusia y sus precios abultados se deben a la enorme demanda. Las redes sociales en Rusia se llenaron de recomendaciones para evitar el reclutamiento o salir del país.
DETENIDOS POR INTENTAR SALIR
El grupo de monitoreo OVD-Info señaló que más de 1.400 rusos fueron arrestados el miércoles en protestas contra la guerra en 37 ciudades del país, incluyendo Moscú y San Petersburgo. En la capital, los manifestantes gritaban consignas como “¡No a la guerra!” y “¡Vida para nuestros hijos!”.