En abril de 2024, las temperaturas globales marcaron un récord histórico al ser el abril más cálido registrado desde el inicio de los registros en 1850. Este mes fue el undécimo consecutivo en presentar temperaturas récord, reafirmando una tendencia de calentamiento sin precedentes.
La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) reportó que las temperaturas del mes pasado fueron 1.55 grados Celsius más altas que el promedio del período 1880-1899, sobrepasando el récord anterior en 0.19 grados Celsius.
El servicio de vigilancia climática de la Unión Europea añade que el calor en la superficie del mar batió récords por decimotercer mes sucesivo. La temperatura alcanzó los 21.04°C, el valor más alto registrado para cualquier mes de abril.
Las variaciones de la temperatura global se vieron impulsadas por el fenómeno de El Niño, pero los altos niveles de contaminantes en aire se mantienen como la principal causa del calentamiento global. Carlo Buontempo, director del C3S, explica que “aunque las variaciones de temperatura asociadas con ciclos naturales como El Niño influyen, la energía extra atrapada en el océano y la atmósfera por las crecientes concentraciones de gases de efecto invernadero seguirá empujando la temperatura global hacia nuevos récords”.
La ola de calor ha tenido efectos devastadores a nivel global. En los Estados Unidos, se han registrado siete desastres climáticos valorados en mil millones de dólares hasta el 11 de abril, con numerosos eventos adversos ocurriendo en otras partes del mundo. En África Oriental y Pakistán, dos de los desastres climáticos más mortales de abril resultaron en una significativa pérdida de vidas.
Asia sudoriental fue una de las regiones más afectadas por la extrema ola de calor de abril, con docenas de muertes y pérdidas de cultivos significativas. El intenso calor afectó gravemente la agricultura y la salud pública, exacerbando las dificultades en regiones ya vulnerables. Las políticas de mitigación del cambio climático son urgentes para enfrentar estas crisis recurrentes y proteger a las poblaciones expuestas a temperaturas extremas.