Médicos Sin Fronteras informó el jueves que el gobierno panameño le obligó a suspender sus actividades humanitarias en el Darién, días después de que la oenegé denunciara un “aumento de los ataques brutales y la violencia sexual en la selva” contra migrantes.
“La MFS se vio obligada a suspender toda actividad médica para la población migrante por orden de las autoridades panameñas, que alegan que actualmente la MSF no cuenta con un convenio de colaboración vigente con el Ministerio de Salud. La organización ha intentado en vano obtener dicha renovación desde octubre de 2023”, informaron.
Ahora, la preocupación radica en el hecho de que miles de migrantes quedarán sin atención, “en promedio, cada mes, los equipos médicos brindan atención en salud física y psicológica a casi 5.000 personas, con un especial énfasis en las sobrevivientes de violencia sexual”, revelaron.
“Solo en el 2023, la organización atendió a 676 migrantes luego de sufrir un acto violento en esta ruta migratoria; y solo en enero de 2024, MSF registró 120 casos más; en febrero, la organización denunció nuevamente el aumento de los ataques brutales y la violencia sexual en la selva”, agrega el comunicado.
“En cuanto a los supuestos reportes de violencia sexual, MFS debe notificar, inmediatamente conocido el hecho, los datos de la persona a las autoridades locales” para abrir investigaciones.
Además, el ministerio “se encuentra evaluando” si MSF “ha cumplido con las normas establecidas en Panamá y estipuladas dentro del convenio de colaboración”, dice el comunicado, que afirma que la ONG debió suspender sus operaciones porque terminó el convenio de colaboración suscrito por ambas partes.
El Darién es la peligrosa selva entre Colombia y Panamá, es la ruta más concurrida para miles de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos o Canadá. Está llena de peligros, ciento de personas mueren a diario, es inclemente, llena de animales salvajes y de criminales que abusan, roban y asesinan a quienes se arriesgan a cruzarla.